jueves, 1 de diciembre de 2016

¡Diga 33!




Otra cita ineludible para quien suscribe estas líneas: la Media Maratón Condado de Medellín, que celebró su octava edición el día 27 de noviembre. Trigésimo tercera ocasión en que me iba a enfrentar con esta distancia.




Nos reuníamos para salir a eso de las 9 en el Bar-Restaurante El Sitio de Miajadas un pequeño grupo de tomates conformado por Adolfo Santos, Lorena Díez, Andi Hamedani, Juan Fco. Santos, José Luis Martín y yo.

El día estaba fresco, pero la lluvia parecía haberse retirado tras un par de días de continuos chubascos.





















Mientras los más pequeños corren (algunos de los niños del C.A. Miajadas, con el acompañamiento del entrenador-juez Sergio Redondo, incluidos) nosotros vamos calentando. Se nos une en estos momentos otro tomate más, Alfonso González.




Vengo a esta carrera, como casi todos los años, a disfrutarla sin preocuparme del crono. Así que desde el inicio voy a unirme a la aventura de Action Juan y de nuestro honorable presidente.



Los primeros 7 kilómetros son bastante llanos lo que nos va a permitir rodar entre 5:30 y 5:45 mientras abandonamos el pueblo y recorremos caminos de tierra encharcados, flanqueados por recolectores de aceituna.


Al rodear la charca me sorprende la ausencia de pescadores en lugar habitualmente tan concurrido. Parece ser que han aparecido numerosos peces muertos recientemente lo que ha obligado a prohibir que se pesque temporalmente. ¡Una lástima!


Y aun más triste si cabe, la terrible invasión de camalote que sufre el Guadiana y de la que vamos a poder ser testigos en nuestro primer paso por el puente romano.


Aproximadamente en el kilómetro 8 nos va a tocar la primera de las grandes pruebas de este circuito: subir por primera vez a los aledaños del Restaurante Quinto Cecilio. Enorme desnivel que nos obliga a echarnos a andar hasta coronar la cuesta.

Ya en lo alto, recorremos la urbanización desde la que las vistas del pueblo y de los paisajes naturales de la zona son inmejorables.


Bajada reteniendo un poco, aunque desde luego invita a correr, y una vez en el llano de nuevo atravesaremos por segunda ocasión el puente para comenzar a subir a continuación al monumental castillo condal.

Bastante gente de Miajadas animándonos en este punto, lo que nos obliga a esforzarnos un punto más para llegar a esta segunda cima. Aunque casi peor es la bajada sobre escalones adoquinados, y en algunos tramos algo mojado, que obliga a extremar precauciones.


























Desde allí vamos directos al pase por meta con Bruno Paixao a punto de doblarnos.



Comenzamos la segunda vuelta, que será más corta, al eliminarse la parte de la charca.

Tercera vez que cruzamos el puente para volver a subir al Quinto Cecilio, cruzándonos cada vez con menos gente... y cada vez riéndonos menos... 

Repetida la primera gesta, vamos a acometer la segunda y tras recorrer por última vez el puente volvemos a subir hacia el monumental conjunto histórico donde me permito algún caprichito en forma de acelerón en la subida.

Tras reagruparnos una vez más tras la bajada del castillo, vislumbramos por fin la ansiada línea de meta y con una sonrisa en los labios la atravesamos.





Dado que mi objetivo para esta ocasión era rodar a ritmos cómodos y lo exigente del recorrido contento con las buenísimas sensaciones físicas, una vez más sin el menor atisbo de calambres.







Nuestros resultados fueron los siguientes:

- Lorena. Completó la primera vuelta de unos 12 kms. en torno a 1 hora 12 minutos. Ni las cuestas borraron su sempiterna sonrisa.




- Adolfo. 1:31:57. Esta vez no hubo podio, pero no está nada mal ser 23º de la general en la prueba más dura del circuito extremeño de Grandes Carreras.


- Andi. 1:46:17. Sigue manteniéndose en un grandioso estado de forma.



- Alfonso. 1:56:28. La leyenda del panan sigue creciendo. Te viene de empalme de currar, te corre una media maratón en un tiempazo y le sobra tiempo para hacerte un reportaje fotográfico. 






















- José Luis, Juan y yo. 2:12:04. Cerrando carrera sin más pretensiones en el día de hoy que disfrutar del running.





Vencedores absolutos de la prueba fueron Bruno Paixao, en categoría masculina, con un tiempo de 1:11:42 y Raquel Gómez, entre las féminas, que acabó en 1:32:39.

La carrera estuvo, un año más, fenomenalmente organizada, y por un muy buen precio contamos con cuatro avituallamientos, numerosos voluntarios y control del tráfico y una completísima bolsa del corredor... solo un "pero": deberían administrarse mejor a la hora del reparto de las porciones de pizza, ya que los del vagón de cola ni la catamos.

Próxima parada en esta nueva Road to Barcelona... Navalmoral de la Mata.

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