Cada carrera es un mundo, nada tiene que ver con la anterior, ni siquiera cuando se trata de una nueva edición de una carrera ya conocida.
La carrera comienza a las 10:30 h., hora lógica para estas fechas, pero como este año nada tiene de lógico climatológicamente hablando, tocará pasar calor.
Pese a los buenos recuerdos que guardaba de la edición anterior, este año la carrera se me hace pesada desde el inicio y me mantengo en ritmos lentos, hasta de 5:20 en algún kilómetro. Sin embargo, cruz tras cruz, kilómetro a kilómetro, parece que voy mejorando progresivamente.
Pasada la Ermita de las Cruces y hasta la llegada a Doña Blanca (desde el kilómetro 8 al 12 más o menos) la cosa mejora sustancialmente y logro mantenerme por debajo de 5. Entro animado, aunque al cruzarme con Sergio su cara me indica que me espera sufrimiento, y así fue. Los "toboganes" del circuito de Doña Blanca hacen mella en mí y salgo de la finca con las piernas cargadas y muy agotado en general.
Ansiando el agua, llego al kilómetro 16, penúltimo avituallamiento, pensando que quizás el gel que he tomado sobre el 15 me ayude a recuperar ritmo. Nada más lejos de la realidad.
Interminables los últimos kilómetros, en especial pasado el 18, echándome a andar 2 ó 3 veces y sin tener claro si podré acabar. Por suerte, avistado el cartel que señala el kilómetro 20, como suele ocurrir en estas carreras, el ánimo de la gente me da alas y recupero parte de la energía que creía totalmente perdida. Al final peor tiempo que el año pasado y mucho más sufrido.
Los tiempos, los siguientes:
- Sergio. 01:27:28.
- Luisje. 01:40:45.
- Yo. 01:50:22.
Aunque parece que me llevo malas sensaciones de esta carrera, no es así en absoluto porque, en primer lugar, logré sobreponerme una vez más al sufrimiento, aspecto nada desdeñable para quien pretende completar una maratón en unos meses; en segundo lugar, acabé sin calambres (parece que los plátanos funcionan); y en tercero, disfruté de un genial ambiente postcarrera con la tradicional pizza y cerveza con que el Club Maratón Vegas Altas obsequia a los corredores cada año.
Desde aquí también quiero acordarme de Alberto Masa que pese a la humedad y el calor logró una marca de 1:36:42 en la Media Maratón nocturna de Bilbao, acompañado por su chica, Maricruz Parra, y muy especialmente de los héroes de Gredos: grandes Peseta y Olegario que, en 16 y 17 horas respectivamente, lograron completar un durísimo ultratrail de 85 kms. con más de 5 kms. de desnivel positivo, casi ná.
Si finalmente no se suspende, la próxima entrada la dedicaré a la Maratón Ekiden, el 2 de noviembre en Valdebótoa. Esperemos que así sea.
